El presidente ruso Vladimir Putin ha aprobado una ley por la que se podrá arrestar y expulsar del país a los turistas abiertamente homosexuales o que den apoyo a los derechos de la comunidad LGTB.
Dentro de la última y controvertida ley que criminaliza y discrimina a la población LGTB en Rusia, se incluye una sección que afecta también a las personas extranjeras que elijan ese territorio como destino turístico.
Según recoge el portal Travel + Escape las multas por realizar “propaganda gay” se pueden aplicar también a la población extranjera y asciende a 200.000 rublos (algo menos de 5.000 euros) por “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”.
Para los turistas originarios de alguno de los países donde está legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, realizar cualquier muestra de afecto durante sus vacaciones en Rusia podría terminar con la detención, multa y expulsión.
El presidente ruso Vladimir Putin considera que las muestras públicas de afecto entre parejas gays o el apoyo a la causa LGTB significaría considerar como equivalentes y aceptables las relaciones homosexuales y las heterosexuales, además del riesgo de introducción del liberalismo occidental.
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