La soldado responsable de poner en jaque al gobierno de Estados Unidos y a buena parte de la diplomacia internacional se declara mujer y pide iniciar el tratamiento para cambiar de sexo.
Chelsea Manning, como ha pedido ser llamada, ha realizado estas declaraciones la semana pasada y en el mismo día en que se conocía la condena a 35 años de prisión por filtrar documentos secretos del gobierno de Estados Unidos en lo que que conoció como caso Wikileaks.
En un comunicado enviado al programa Today de la cadena estadounidense NBC News afirmaba que “soy una mujer. Me llamo Chelsea” y anunciaba su intención de comenzar el tratamiento hormonal para iniciar el proceso de cambio de sexo cuanto antes. "Dado como me siento y como me he sentido desde mi infancia, quiero comenzar una terapia hormonal tan pronto como sea posible. Espero que me apoyéis en esta transición", dice la joven de 25 años.
A pesar de que en el citado comunicado pedía expresamente que “ a partir de hoy me llaméis por mi nuevo nombre y uséis el pronombre femenino" la gran mayoría de medios de comunicación internacionales, incluida la prestigiosa CNN, han hecho caso omiso de sus deseos, lo que les ha valido fuertes críticas por parte de personalidades transexuales como la fotógrafa Sophia Banks. La polémica ha servido para que estos medios de gran difusión, recogiendo las críticas, profundicen en el tratamiento de las personas trans.
El futuro de la presa del ejército de Estados Unidos más célebre es delicado, como reconoce Kristin Beck, quien sirvió en el ejército durante 20 años como hombre hasta que inició su proceso de reasignación de género. La prisión de Leavenworth, la única militar en la que ingresan las personas condenadas a más de 10 años, no cuenta con ninguna prisionera. Además, el ejército ya ha expresado que no proporcionan este tipo de tratamientos hormonales.
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