La situación en Rusia se está volviendo realmente insostenible. Impulsadas por las leyes homófobas que buscan eliminar cualquier rastro gay de la vida pública rusa, parece que en esta país se está produciendo una caza del homosexual por parte de grupos de extrema derecha y de pandas de adolescentes.
Esta barbarie ya se ha cobrado su primera víctima, con la muerte de un joven homosexual que ha fallecido a causa de las heridas que le provocaron un grupo de salvajes pertenecientes a una organización neonazi llamada Occupy Pedofilyaj. Esta panda de bárbaros entraron en la vivienda de este pobre gracias a la ayuda de varios compañeros del joven.
Y una vez dentro, los neonazis le torturaron tanto física como psicológicamente. No contentos con torturarle y provocarle heridas que lo han llevado a la muerte, estos salvajes difundieron un vídeo en internet y varias imágenes del acoso al que fue sometido.
En una de ellas, publicada ya por mi compañera Susana hace unos días, se ve cómo el joven está sujetando un consolador junto a dos de sus agresores. Ese mismo consolador le fue introducido poco después de tomarle la fotografía, produciéndole un desgarro anal.
Tras la tortura a la que fue sometido, el joven murió varias horas por las lesiones internas provocadas por sus agresores, y por las heridas de un cuchillo.
Lo peor es que según la organización Spectrum Human Rights Alliance, los agresores están en la calle. Fueron detenidos e interrogados, para ser posteriormente puestos en libertad. Una auténtica vergüenza consentida por las autoridades rusas, que permiten que la agresión quede impune, pero también por los gobiernos occidentales, que no han movido ni un dedo para tratar de detener esta locura en la que se ha sumido Rusia.
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